“El canto del pájaro” de Anthony de Mello, s.j.
“El pájaro no canta porque tenga
una afirmación que hacer.
Canta porque tiene que expresar”
condenarro
El libro sobre el que expreso mi comentario y comparto con usted mi es-timada, es-timado lectora lector, es de una persona que logra inspirar tranquilidad, que invita a la reflexión y a valorar y evaluar el comportamiento, el sentimiento y el conocimiento que de todo ello emanan, Anthony de Mello, s.j., fue un estudioso de la teología, cuy doctrina y vida la condensa mejor Wikipedia:
Anthony de Mello, S.J. (1931—1987) Sacerdote jesuita famoso por sus libros y conferencias de espiritualidad, donde mezclaba la doctrina judeo-cristiana con el budismo.
De Mello nació en Bombay (India) en 1931. Sintiendo el llamado para el sacerdocio, inició sus estudios en la Compañía de Jesús, en Poona. Transcurrida esta trascendental etapa de su vida, se graduó en psicología, carrera que siguió en Estados Unidos, según la sugerencia y consejo del Padre Mann, provincial de la Orden.
Comenzó dirigiendo ejercicios espirituales para jóvenes novicios; que fueron el punto de partida para su carrera pública como director de almas, labor que continuaría durante toda su vida. Se basó en la metodología, los principios y la fuerza de los Ejercicios de Ignacio de Loyola, que había aprendido en España. Pero había agregado los ingredientes propios de su personalidad tan especial; y fueron numerosos sus retiros para la renovación del espíritu.
Participó en el Movimiento de Renovación Carismática, con gran intensidad. Ambas experiencias fueron la base de lo que vendría después.
Murió en la Universidad de Fordham, de un fulminante ataque cardiaco, la misma noche de su primer día en Nueva York, el 1 de junio de 1987 y tres meses antes de cumplir los cincuenta y seis años.
Sus restos descansan en el Cementerio de la Iglesia de San Pedro, en la ciudad de Bandra (India), donde había sido bautizado.
Posteriormente a su muerte, en 1998, la Congregación para la Doctrina de la Fe (dirigida por el entonces cardenal Ratzinger) investigó sus escritos y calificó algunos de ellos como «incompatibles» con la fe católica.
Algunas ediciones de sus libros llevan una hoja de precaución que indica: 'Los libros escritos por el padre Anthony de Mello fueron escritos en un contexto multirreligioso para ayudar a los seguidores de otras religiones, agnósticos y ateos en su búsqueda espiritual, y el autor no pretendió que fueran un manual de instrucciones sobre la fe católica en la doctrina y dogmas cristianos.
A pesar de ello, sus escritos todavía se encuentran disponibles en tiendas de libros católicos.
Para un libro diferente, un formato peculiar, diría yo. De Mello es un sacerdote cristiano, ello después de haberse ordenado, estudiado la teocracia de diversas divinidades y religiones, volvió a su credo. La compilación de cuentos, reflexiones y lecciones de vida que encontramos en El Canto del Pájaro (Editorial Sal Terrae), provienen de todos esos estudios, de todas las filosofías teocráticas a las que se sumergió en sus estudios aprendizajes, incluso el señala en su introducción y dedicatoria: Este libro ha sido escrito para gentes de cualquier creencia, religiosa o no religiosa. No puedo ocultar, sin embargo, el hecho de que yo soy sacerdote de la iglesia católica, que me ha adentrado con toda libertad en tradiciones místicas no cristianas, y que estas me han influenciado y enriquecido profundamente”.
Da una sugerencia en torno al como leer los cuentos, que, dado el efecto que estos generan en el lector, yo bien pudiera estar de a cuerdo con Anthony de Mello o, en desacuerdo, pues en lo personal lo he leído ya varias veces y nunca lo he leído igual y, subrayo, nunca un cuento o reflexión ha tenido el mismo efecto en mi, depende el estado de ánimo y el grado de percepción y recepción del texto. Y digo que lo he leído varias veces porqué se ha convertido en uno de mis libros de cabecera desde hace poco más de quince años, no obstante lo he tenido que comprar ya tres veces. Es un libro que lo abres y siempre algo tiene para decirte.
Son un total de 124 cuentos nos obsequia Anthony de Mello, ordenados, o desordenados de forma tal que sin importar el sentido de la lectura, lineal hacia delante, de fin a inicio, de brinco en brinco, jugando a la página que se abra, siempre habrá una palabra inspirada en algún Dios y dirigida a quien la lee. Y créame es-timada(o) lectora lector, yo no soy religioso en ningún sentido, aunque respetuoso de las teologías y religiones siempre y cuando los seguidores sean tolerantes. Les comparto la esencia, creo yo, de uno de los textos, titulado “La tienda de la verdad”:
Sucede que un día un hombre se topó con un letrero, asombrado releyó “La tienda de la verdad”; le preguntaron que clase de verdad y el respondió que la plena; al escuchar la solicitud, la encargada lo acompañó a la trastienda. Ahí el vendedor lo cuestionó si estaba dispuesto a pagar el precio, cuando el cliente preguntó por el “elevado precio”, el vendedor dijo: “el precio consiste en no tener ya descanso durante el resto de su vida”. El cliente salió decepcionado de la tienda… no estaba preparado, no estaba listo para la verdad absoluta.
En ese tenor, Anthony de Mello nos lleva por una senda de sabiduría, pero no una sabiduría plena, pues nadie está preparado para recibir lo que no existe, no obstante nos muestra la brecha, estrecha por cierto del conocimiento que adquirimos y la mejor forma de utilizarlo en bien de nosotros y quienes nos rodean, por ejemplo yo apenas aprendí que soy un pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia que me significa el no poder usarla aún como herramienta de vida diaria.
“Cuando se incendió mi casa pude disfrutar, por las noches de una visión si obstáculos de la luna” (Zen)